Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Puesto que los textos y la lectura cambian según las épocas históricas, las comunidades culturales y las actividades humanas, conviene preguntarnos cómo leemos hoy y aquí. En primer lugar, cualquier escrito expresa una ideología y esconde detrás a un autor interesado... ¿quién es?, ¿qué pretende? También los formatos cambian: las pantallas y la web arrinconan a la biblioteca de papel. Navegamos, tecleamos un término y hacemos clic para que comparezcan miles de respuestas al momento: ¿son fiables? En tercer lugar, accedemos con frecuencia y facilidad a textos en otros idiomas, que conocemos sólo en parte: ¿los podemos comprender?, ¿podemos entender a alguien que nos escribe desde una cultura que no conocemos, pese a que conozcamos las palabras que usa? Para acabar, tropezamos con otra dificultad: el mundo se ha llenado de textos especializados (informáticos, científicos, jurídicos, etc.), que determinan nuestras vidas, pero que no es fácil comprender.
Todas estas claves de la lectura analiza Daniel Cassany en Tras las líneas, con un estilo directo y la mirada rigurosa que caracteriza sus obras, además de numerosos ejemplos y comentarios esclarecedores.
«Cassany se acerca con didactismo a temas como la globalización lectora, internet o los textos técnicos» (Antoni Gual, La Vanguardia).
«Un libro que invita al lector a leer con sentido crítico. El estilo es ligero y cercano, pero no exento del necesario rigor científico» (Carlos Ocampo, La Voz de Galicia).
«Con atención, interés y expectación. Así se lee Tras las líneas, un ensayo divulgativo sobre las prácticas de lectura en la posmodernidad dirigido a todos los interesados en la cultura» (Gemma Casamajó, Avui).