Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Polonia, 1920. Borís Sávinkov, legendario terrorista y provocateur, conocido en su país con diez alias diferentes, primero como enemigo del zarismo y más tarde como feroz antisoviético, admirado por Churchill y Somerset Maugham, modelo para Camus, recluta voluntarios para un ejército que logre acabar con la Revolución rusa. «El caballo negro», inspirado en esta experiencia, narra en forma de diario la huida caótica y desesperada de un regimiento de voluntarios a través de la llanura rusa devastada por la guerra civil. Más tarde, traicionado por sus propios camaradas, Sávinkov será encarcelado en la Lubianka, donde se «suicidará» en mayo de 1925. «En prisión», un texto publicado póstumamente en Moscú, describe la última etapa de la vida de este dandi y terrorista con una claridad y una precisión implacables.
«Sávinkov, prototipo del superhombre nietzscheano pasado por el cedazo de Byron, personaje sacado de "Los demonios" de Dostoievski metido a escritor, fue un hombre de teatro total en un escenario llamado Europa, "con una bomba en el bolsillo".»