Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
¿Qué es la realidad sino un lugar ajeno, un escenario de absurdos y desencuentros que, simplemente, nos parece real? El satanismo contado a los niños, por suerte, no es la historia de esa realidad. Los últimos momentos de un joven capaz de recordar todas las posibles ramificaciones de su existencia, a un lado y a otro del péndulo del tiempo, encuentran un misterioso eco en la crónica de una antigua civilización obsesionada con la proeza de conocer a Dios.