Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
A cien años del nacimiento de Octavio Paz (1914-1998), los problemas que el discutió desde el punto de vista de la historia y de la cultura de México siguen siendo muy semejantes.
Nuestro País, también, sigue siendo profundamente complejo y desigual.
De esta manera, nuestro acceso a lo que podria llamarse la modernidad es todavia un reto en cuanto a sus realizaciones, e incluso en cuanto a nuestra comprensión sobre sus contenidos deseables. De allí que la celebración del centenario de su natalicio nos ofrezca una nueva oportunidad para ocuparnos de estos temas que Octavio Paz delimito con profundidad y rigor al haber situado el debate cultural y político de México en un plano universal.