Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
A través de sus evoluciones y superaciones las páginas más definitivas y definitorias de Franz Werfel 1890 1945 siguen siendo las que componen La muerte del pequeño burgués, de 1926, considerada como una obra maestra, completadas por otros dos breves textos no inferiores Secreto de un hombre, y Casa de tristeza Losada, 2011. Ei realismo cruel del primero se hace piadoso en el segundo y satírico en el último tres lunas de un mismo espejo expresionista. Y la hondura del mundo refractado justifica el calificativo de dostoievskianas con que los críticos han gratificado estas páginas de Werfel