Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
El interior de un tren es un lugar perfecto para contar historias. En especial cuando los viajeros más inquietos, tres niños de corta edad que viajan con su tía, empiezan a aburrirse y a preguntar mil cosas a la vez. La torpeza de la mujer para lograr que sus sobrinos mantengan el interés por sus palabras alerta a un viajero, que se ofrece, casi valerosamente, a iniciar una nueva historia. El nuevo contador de historias va dejando ver sus artificios para mantener a los niños interesados: una niña muy buena muy buena, ejemplo de todo lo que debe hacerse, resulta premiada con algo que a cualquier persona le parecería un gran honor.
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