Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Cuando nos encontramos ante la palabra bien usada inmediatamente se le descubre en el verso, es el caso de Recobecos, donde el buen acierto de la traductora Silva Pratt, nos muestra y advierte al mismo tiempo que no todo lo perdido esta perdido. El alma no se corrompo aunque el cuerpo muchas veces sea un puñado de suciedad.