Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
La mayoria de los niños, quieren sobre todo, ver el alma de sus juguetes, algunos despuès de un tiempo de jugar otros de forma inmediata. La llegada mas o menos pronta de este deseo determina la vida mas o menos larga del juguete. Pero yo no tendria el valor para culpar de ello a lamania infantil: se trata de una tendencia metafisica primordial. Cuando este deseo queda atrapado en la corteza cerebral del niño, llena sus dedos y sus uñas con una agilidad y una fuerza particulares. El niño gira, vuelve su juguete, lo raspa, lo sacude lo golpea contra los muros, lo arrastra por las tierras. Una y otra vez comienza de nuevo estos movimientos mecànicos, a veces en sentido contrario. La vida maravillosa se detiene. El niño, como las personas que se sientan en las Tullerìas, hace un esfuerzo supremo: al fin logra abrirlo; èl es mas fuerte. Pero, ¿y el alma? Aquì comienza el estupor y la tristeza.