Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
En sus páginas encontramos a una travesti psicoanalista, una chica que se dice heredera de Marylin, un ciego que deja a su muerte un manuscrito misterioso, un escritor que padece el síndrome tan barcelonés (por vilamatiano) de Bartleby, un profeta que pierde dinero en los juegos de azar, una mujer experta en las nuevas teorías sexuales que, al parecer, se difunden en los hoteles belgas, un hombre enfermo de celos.