Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
La obra literaria de Juan Goytisolo ha ido construyéndose a partir de un diálogo constante con la gran tradición literaria española y de una voluntad inquebrantable de seguir lo que él mismo formuló en una ocasión: El artista [ ] que abandona el recurso a las cláusulas del canon establecido y se exilia del mismo, busca como un zahorí la radicalidad del origen, de lo increado que aguarda con paciencia el acto virtual de la creación.
La selección de textos de El erial y sus islas se nutre de algunos de los principales ensayos sobre la etapa de la historia literaria española que desembocará en El Quijote. Esta ejercerá una enorme influencia sobre la literatura universal y hará que los escritores de ese fecundo árbol de la literatura que nuestro autor siempre ha reivindicado puedan acogerse a lo que él no duda en llamar filiación cervantina.