Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
Habrá que reconocer que no hay posibilidad de aglutinación metodológica para estudiar la narrativa hispanoamericana, y que, como Macondo, está rodeada de agua por todas partes. Es un archipiélago más que un continente y ante todo extrañísimo; no exótico ni extravagante, sino rara. Hay que invertirse constantemente nuevos instrumentos de navegación para indagar en esas islas y a veces correr el riesgo de no saber si se llegará a tierra. Así que querer dibujar un mapa de la narrativa hispanoamericana con los antiguos modelos periodísticos, historiográficos o hematológicos resultaría una empresa fútil, nos dice el autor
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