Paco Poyo se ganaba la vida vendiendo periódicos. A golpe de calcetín recorría las calles de la ciudad de México. Un día, un misterioso personaje le ofrece comprarle todos sus periódicos a cambio de una misión que parecía fácil y divertida, pero Paco nunca imaginó que ese trabajito lo conduciría a aparecer él mismo en los titulares de los diarios que vendía.