Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
En los últimos meses, mientras sus papás libran una batalla en casa, Ricardo enfrenta sus propias batallas: ¿deberá obligar a su amiga Joana a pagar la apuesta con la que él conseguirá pasar el año escolar?, ¿cambiarán las cosas ahora que sus mejores amigos se hicieron novios?, ¿conseguirá que su hermano Martín deje de tratarlo como si fuera un niño y salga de su burbuja darketa? y, más difícil aún, ¿logrará que sus papás decidan volver a estar juntos? Ante cada una de estas situaciones, Ricardo se ve obligado a tomar una decisión. Sin embargo, al intentar resolver sus problemas, siempre se mete en nuevos aprietos; por fortuna, sus amigos y su ingenio siempre lo ayudan a salir de ellos.