Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Pavel Kutman, un anticuario de Praga, descubre una valiosísima carta inédita de Franz Kafka y propone un trato a Armand Hughes, un coleccionista y banquero ginebrino. A cambio de la carta, Hughes que asimismo es miembro del consejo de un prestigioso concurso de canto deberá ayudar a Tatiana, la hija de Kutman, una joven soprano con una voz prometedora, a participar en el famoso concurso para impulsar su carrera internacional como solista. La vida monótona y ordenada de Hughes sufrirá una doble conmoción. Primero, cuando cree reconocer a su abuelo en un compañero de viaje al que alude Kafka en su carta. Y, después, cuando Tatiana le descubre el sentido del amor verdadero. En esta novela, Metin Arditi logra tejer una equilibrada trama que va ganando intensidad conforme nos acercamos al desenlace, y donde la carta se erige en elemento catalizador de pequeños y necesarios ajustes vitales.