Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Édgar atraviesa por el día más triste y el más feliz de su vida: su abuelo ha muerto y Joana le ha dado su primer beso. Abrumado por las sensaciones de pérdida y euforia, sintiéndose a la vez afligido y en las nubes, el protagonista simplemente empieza a correr. Mientras Édgar corre, puede expresar sus sentimientos y organizar sus ideas. También se cuenta a si mismo su historia: recuerdos, imágenes, diálogos y encuentros corren por su mente en este día, un día con facetas sombrías y luminosas que marcará un paso decisivo en su trayecto hacia la madurez. Conforme avanza, Édgar se vuelve cada vez más grande. Llegado un punto, ya no cabe dentro de su propio cuerpo. Es una explosión continua. Es supergigante.