El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
El libro muestra el mundo de los reporteros nocturnos: el espionaje de las señales de la policía y el modo en que trabajan los reportajes, hasta volverlos un producto distanciado de las fuentes humanas que le dieron origen.