Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Aprender a amar la poesía no es una asignatura en las escuelas pero debería serlo tanto como aprender a estimar la música, la pintura, o cualquier otra de las artes. Expande la dimensión humana del conocimiento y nos muestra una manera diferente, original y maravillosa de observar y aprehender la realidad. Los niños y los jóvenes tienen una relación natural como la poesía. No es de más fomentada