Este es un libro de reconocimientos. De micro homenajes a mis amigos y compañeros, a creaciones y trayectorias, a personajes ejemplares en situaciones críticas. En una época marcada por la maledicencia y un agrio humor público no está de más recordar las obras conocidas o no, cercanas o lejanas que han coadyuvado a hacer mejor la vida. Vivimos un momento crispado, no proclive al reconocimiento de los otros. Un país marcado por sucesivos actos de corrupción que quedan impunes, por una nube de violencia que deja una cauda de muertos, desaparecidos, familias quebradas, sumado a una economía que no le ofrece un horizonte productivo a millones de jóvenes, más nuestras ancestrales desigualdades que impiden referirse a un México medianamente integrado, son el caldo de cultivo de un humor social desencantado, colérico, tenso y en muchas ocasiones cínico. Pareciera que en esa situación no hay espacio para los agradecimientos, para los recuerdos gratificantes, para registrar que el transcurso de las vidas seguramente hubo y hay personas y obras que las han hecho más placenteras, ofreciendo la existencia.
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