Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Los cielos oscuros anunciaban la derrota de la ciudad de México hasta que sucedió lo inexplicable. En una capital donde lo más importante era la individualidad y la acumulación, un buen día los jóvenes dejaron de crecer. Por primera vez, en el mundo se gestaba una rebelión física y psicológica que la ciencia no era capaz de resolver. El número de jóvenes que habían detenido su crecimiento iba en aumento extendiéndose por todo el territorio mexicano. El rechazo a convertirse en adultos había funcionado. El gobierno se alarmaba ante la inminente generación perdida, la comunidad internacional condenaba el hecho y cerraba aeropuertos para evitar algún contagio. La industria infantil comenzaba a sacar provecho de la circunstancia incentivando a que los casos se multiplicaran en su beneficio. Un mundo de victorias y derrotas donde los unos y los otros deben desprenderse del autismo sentimental para lograr recuperar lo más valioso de la vida.