Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Los cielos oscuros anunciaban la derrota de la ciudad de México hasta que sucedió lo inexplicable. En una capital donde lo más importante era la individualidad y la acumulación, un buen día los jóvenes dejaron de crecer. Por primera vez, en el mundo se gestaba una rebelión física y psicológica que la ciencia no era capaz de resolver. El número de jóvenes que habían detenido su crecimiento iba en aumento extendiéndose por todo el territorio mexicano. El rechazo a convertirse en adultos había funcionado. El gobierno se alarmaba ante la inminente generación perdida, la comunidad internacional condenaba el hecho y cerraba aeropuertos para evitar algún contagio. La industria infantil comenzaba a sacar provecho de la circunstancia incentivando a que los casos se multiplicaran en su beneficio. Un mundo de victorias y derrotas donde los unos y los otros deben desprenderse del autismo sentimental para lograr recuperar lo más valioso de la vida.