Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
En el año que se cumplen los doscientos años de su fallecimiento, una visión distinta de la genial escritora. Un libro imprescindible para todos los amantes de la escritora, donde se muestra su intimidad y entorno familiar, que permite entender mejor las historias y personajes de sus novelas. Pero no hace falta ser admirador de Jane Austen para disfrutar de este retrato de la sociedad británica de fines del siglo XVIII y principios del XIX con sus clases sociales bien marcadas y sus permanentes fuentes de conflictos. Jane Austen tuvo que sufrir todas las vicisitudes de una mujer soltera en una familia de abolengo pero poco dinero, lo cual implicaba toda una serie de sacrificios y limitaciones, que fue sorteando gracias a su empuje y decisión.