El hombre que fue jueves es una novela policiaca, pero una novela policiaco metafísica. Pues es, por una parte, un ensayo caprichoso sobre el doble equilibrio del universo, sobre las tendencias esenciales de la conducta el bien y el mal; y, por otra parte, una divertidísima historia de aventuras, enredo e intriga. En este aspecto recuerda a los clásicos del escalofrío a Poe y a Stevenson; y prolonga un género típico de la lengua inglesa la aventura enigmática; la aventura donde el sentimiento ha de vibrar, pero la razón ha de dar de sí continuos recursos; donde el hombre combate con el cuchillo, pero también con el silogismo y los sorites. En sus páginas el lector encontrará, a manera de síntesis, todas las características de la obra de Chesterton: su facilidad periodística para trasladar a la calle una discusión de filosofía; su preocupación por el tema del catolicismo, el crítico de arte y, entre otros aspectos que lo hacen un autor fascinante, el polemista.