Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Al iluminar una enfermedad que afecta a millones de personas pero que sigue siendo ampliamente malentendida, este libro trata de la oscuridad de la depresión, pero también trata de supervivencia y redención. Esta es una historia de depresión, una condición que redujo a William Styron de una persona que disfrutaba de la vida y el éxito como un escritor aclamado a un hombre envuelto y amenazado por la angustia mental. Con profunda perspicacia y notable candor, Styron rastrea el progreso de su locura, desde la sofocante miseria y el agotamiento, hasta la agonía de componer su propia nota de suicidio y su eventual y duramente conseguida recuperación.