Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Después de que George Smiley realice un rutinario control de seguridad, el funcionario Samuel Fennan aparece muerto, en un aparente suicido. Cuando Smiley encuentra a Maston, jefe de Circus, tratando de echarle la culpa de la muerte, comienza su propia investigación poniéndose en contacto con la viuda de Fennan para averiguar lo que le llevó a la desesperación. El mismo día que Smiley es expulsado de la investigación, recibe una carta urgente del hombre que ha muerto.