Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Tras una larga estancia en Nueva York, Matías vuelve a la Ciudad de México. No regresa por gusto ni lo mueve la nostalgia: lo ha sorprendido la muerte de su padre. Reintegrarse al pasado lo lleva a enfrentarse a todo aquello de lo que salió huyendo y el país que nunca ha sido plenamente suyo lo confronta con una realidad social inesperadamente violenta, degradada y vacua, y con su propio pasado: la familia, los amigos, los amores. Poco a poco irrumpen los agravios insatisfechos, las venganzas largamente incubadas, las cuentas pendientes, las traiciones inconfesables, los sueños frustrados.