Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
El arquitecto Leon Nader y su mujer, Natalie, acaban de instalarse en un bonito piso. Una mañana, Natalie empieza a empaquetar sus cosas y abandona rápidamente la vivienda, con la cara amoratada y los brazos heridos. Leon sale en su búsqueda desconcertado y pronto se da cuenta de que Natalie ha desaparecido. Leon, quien padecía sonambulismo cuando era pequeño, había llegado a recibir tratamiento psiquiátrico debido a su comportamiento agresivo mientras dormía.