Si esta historia la hubiese soñado alguno de los grandes maestros de la literatura macabra, el resultado hubiese sido una historia espeluznante. Las muertas, sin embargo, está construido de de tal manera que nunca se cae en el reino del terror sino en el de la sonrisa plena o la carcajada abierta. Los seres que Pueblan las páginas de esta novela encajan en las grandes corrientes de la picaresca y de la comedia de errores dibujados siempre con gran sutileza y dominio de un lenguaje cada vez más preciso, más directo, más elaborado en su aparente simplicidad