Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Andrés Henestrosa aprendió sus primeras palabras en lenguas indígenas y después en castellano. En su quehacer, que comprende variados géneros y temas, el regionalismo, su predilección por las costumbres, las ideas y las creencias de su infancia encuentran un lugar privilegiado.