Hay pocas cosas más interesantes y reveladoras que volver sobre el primer libro de quien se convertirá en un gran escritor. Sobre todo si ese debut ha sido a lo grande.
En El libro de Rachel (1973) Martin Amis, entonces veinteañero con aire de Mick Jagger ilustrado, anunciaba ya todo lo brillante que estaba por venir. Novela de iniciación a la vez que terminal, lo que el joven autor se propuso y consiguió ?según declaraciones contemporáneas a la primera edición? fue evitar el riesgo de convertir la adolescencia en algo tan aburrido como suele ser la adolescencia y revelar ese momento en que el sexo se transforma en algo ya fundamentalmente poco misterioso. Misión cumplida.