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Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Khalil, un joven de origen marroquí que vive en Bélgica, se junta con los hermanos de la mezquita local y con sus dos amigos de la infancia, Rayan y Driss. Rayan se integra con éxito en la sociedad, pero no ocurre lo mismo con Khalil y con Driss que, sintiéndose rechazados por esa misma sociedad, terminan en una célula terrorista. Khalil y Driss participarán en un atentado suicida en París, durante un partido internacional de futbol entre Francia y Alemania, junto a otros hermanos. Llegado el día, tras oír tres explosiones, Khalil debe ir a algún lugar donde haya mucha gente para inmolarse. Cuando encuentra el lugar adecuado, reza y acciona su cinturón de explosivos. Pero el detonador no funciona y el artefacto no explota. Furioso, confuso, desorientado, tendrá que ocultar sus fines a familia y amigos y, lo que es peor, hacer frente a la realidad de seguir viviendo. Lo que no resultará fácil cuando la propia vida y la muerte pueden sembrarle dudas acerca de los dogmas que parece llevar tatuados.