Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Ya que antología personal me parece un término que hay que reservar a los autores de probada trayectoria, prefiero ver La piel insomne como una suerte de director s cut, un ajuste de cuentas con ciertos escritos entre 1987 y 1993 y repartidos en tres libros. ¿Para qué reescribir? ¿Para qué enfrentarnos y luchar con ese otro que fuimos en una etapa anterior de nuestro proceso escritural? ¿Se altera el espíritu de los textos cuando los pasamos por el filtro del aprendizaje literario.