Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
El valor, como el miedo, son contagiosos. De uno y otro lado los defensores y los atacantes realizan hazañas sorprendentes. Si, en el caso del ejército francés, su notable disciplina les da ventaja, en el caso mexicano los oficiales y suboficiales que combaten en la primera línea dan una consistencia enorme a la defensa. González Ortega añade: "Los vi serenos en medio de los fuegos, a unos a pecho descubierto y a otros en los muros que se les habían enco - mendado, esperando el empuje del invasor