Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
En 1943 el gobierno mexicano recluía a los descendientes de alemanes, prisioneros y posibles traidores en el campo de concentración de Perote, dentro de la vieja fortaleza de San Carlos. Más de quinientas personas estuvieron encerradas en esas altas montañas entre el frío y la humedad, en uno de los pasajes más secretos de nuestra historia. En medio de un duro y nevado invierno, los prisioneros deberán enfrentarse a algo más que al gobierno mexicano cuando despierta de su hibernación milenaria un gigantesco dios prehispánico dispuesto a retomar el poder perdido: Xipe Tótec, nuestro señor desollado. La deidad descarnada causará terror entre austriacos y alemanes, que deberán enfrentarse a la aterradora magia ancestral, a la sospecha que pende sobre sus cabezas y a sus propios demonios incontrolables.