Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Fluyan mis lágrimas, dijo el policía es una de las obras más conocidas y más accesibles de Philip K. Dick
Jason Taverner es un seis, un súperhumano mejorado genéticamente. Pero también es un ídolo televisivo adorado por treinta millones de personas. O lo era hasta que una mañana, al despertar, descubre que sus documentos de identidad han desaparecido, que no hay ningún registro sobre él en las extensas bases de datos de la policía ni el gobierno, y que ni sus amigos ni sus seguidores tienen el menor recuerdo de él.
Jason Taverner es un completo desconocido en unos Estados Unidos convertidos en un estado policial, en el que una persona sin identificación está condenada a terminar en un campo de trabajo.