Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
El destino puede llegar a ser algo muy curioso, o al menos así lo podría describir John Watson, quien, regresando de la guerra anglo-afgana, encuentra, como compañero de casa, a un excéntrico personaje: Sherlock Holmes.
Las peculiaridades de Sherlock salen a relucir en el instante mismo que lo conoce, sobresaliendo, ante todo, sus métodos no convencionales para resolver casos. Mas es cuando empiezan a vivir juntos que descubre que no sólo es un detective aficionado, sino que, en realidad, es un genio.