Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Preparémonos para acompañar a John Le durante su viaje a las montañas, el cual empezó cuando estaba lejos de casa a la orilla del mar en la fecha de Yulide, lo que la gente común llama Navidad, en un pueblo donde había vivido su gente. Fue en Kingsport donde comenzó el terror. Al llegar a una casa de Nueva Inglaterra hizo sonar una arcaica aldaba de hierro. De allí salió un hombre que lo condujo a un cuarto bajo donde el pasado se convirtió en una entrada al presente. Pronto sería llevado al festival.