Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
La batalla del 5 de mayo de 1862, la Revolución de Ayutla, la heroica defensa de Acultzingo, la guerra de Reforma y la intervención estadounidense, entre otros heroicos episodios militares, tienen en común a un personaje oculto en los oscuros rincones de la historia oficial, a quien este libro busca hacer algo de justicia: Mariano Escobedo. «Me resulta entrañable, su apariencia de héroe despistado, general desgarbado y triste, niño crecido; colocado por la Historia en la vorágine de una guerra imperial a la que percibe a través de sus ojos miopes. Es un general que no lo parece