En sus memorias, Eugene-François Vidocq dejó la base para que escritores como Edgar Allan Poe, Honoré de Balzac y Víctor Hugo crearan respectivamente a sus grandes detectives, la duplicidad del carácter de Vidocq, quien fue un criminal incidente y, a la vez, el primer director de seguridad nacional francesa, llevo a Víctor Hugo, padre del romanticismo francés, a dividir las características de aquel hombre en los dos protagonistas de su novela maestra Los miserables, obra que magníficamente retrata la Francia del siglo XIX.
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