Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Algo tienen de adictivos los relatos de Marie Luise Kaschnitz. Leer el primero llevará inevitablemente a hacerlo con un segundo, un tercero.
Los ambientes oscuros, las personas inquietantes, los comportamientos impropios de ciudadanos corrientes son sus ejes transversales, pero también, la calidez humana, la colorista alegría infantil o la resistencia ante la pérdida de la inocencia. Un trasatlántico que nadie parece comandar, un jardinero gigante e inocente al que tiranizan los niños o una mujer escondida en casa de un familiar de la persecución nazi nos sumergen en el magistral suspense psicológico que genera la gran autora alemana.
Introducirse en la galardonada narrativa breve de Kaschnitz nos hace volver a nuestra infancia, a la lectura de cuentos de miedo a la luz de una lámpara. A pesar del temor que nos crean, el ambiente mágico al que nos transportan hacen que no podamos renunciar a seguir leyendo.