Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Un destino puede ser cambiado en unos minutos. Y qué mejor escenario que la ruleta, donde reina el azar, el vértigo de un resultado imprevisto, un escenario paralelo de la hazaña amorosa, de esa apuesta que conduce el destino del protagonista de esta novela hasta la desesperación. El riesgo del juego como pulsión vital es el eje por el que circulan mordaces apreciaciones de un mundo que Dostoievski retrata con elegancia: las formas francesas afectadas, la sobriedad de los ingleses, los alemanes como testigos de un circo ruso. En el casino, las emociones se pueden comprimir en un estrecho espacio de tiempo. Difícil alejarse de ello, fácil consumirse alrededor del rojo, el negro y el cero.