Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
"Y la muerte no tendrá dominio", constituye una escritura híbrida -prosa poética, relato biográfico y texto de ficción- sobre el fenómeno de la muerte, en general y sobre la muerte de la madre de la autora, en particular. En este libro se nos hace partícipes, además, de una reflexión política y cultural sobre la tanatología contemporánea -que abarca de manera amplia la gestión de los cuerpos (muertos o vivos) y sus padecimientos- y sobre la asistencia social y la salud pública, en centros hospitalarios que lastran fallas del sistema. La obra, en este punto, describe el funcionamiento del Sistema de Salud como un laberinto cruel donde enfermos, familiares y deudos quedan supeditados a lógicas en extremo funcionales, carentes de afectividad. Otros temas abordados en "Y la muerte no tendrá dominio", son: la maternidad, el aborto y la forma de relación entre mujeres de distinta generación en el seno familiar; a saber, la trinidad: hija, madre, abuela.