Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
La historia continúa: secretos, sospechas, consecuencias
Esta vez Billie tendrá que elegir el mejor rumbo para su corazón
Después de la desastrosa, por no decir peligrosa, ruptura con Thomas, Billie decide enfocarse en sus amigas y en crear su propia felicidad en Nueva York. Aunque parece que las cosas finalmente están mejorando, aún tiene asuntos pendientes que resolver con su indeciso corazón: se debate entre la complicada relación con su guardaespaldas Caleb y el intenso coqueteo con William, su irresistible vecino sueco, sin mencionar a alguien que entrará en su vida para darle un giro completo.
Además, Billie tiene que lidiar con la sospecha de que las personas que ama le guardan secretos sobre su pasado.
Atrapada entre la niña frágil que todos quieren proteger y la mujer joven y audaz que es, Billie debe aprender que cada decisión tiene una consecuencia y que a veces esas decisiones pueden resultar en pérdidas irreparables.