Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
La mayoría de heroes que conocemos son seres extraordinarios con poderes mágicos y una capa ondeando en sus hombros. Pero también existen héroes de carne y hueso, tan humanos como tú y como yo, que algunas veces se equivocan y otras aciertan a lo grande. Albert Einstein fue uno de ellos. Sus poderes fueron unas inmensas ganas de cuestionarlo todo, las matemáticas, y una buena pizca de intuición. Gracias a todo ello descubrió la teoría de la relatividad, que nos muestra que el tiempo y el espacio no son siempre iguales, sino que cambian. Estos y otros muchos increíbles descubrimientos le convirtieron en el científico más importante del siglo xx, y quizás de toda la historia. Tal es la proeza de Albert Einstein, y esta es su historia. Mis Pequeños Héroes es una colección de biografías ilustradas en las que se rinde homenaje a las figuras de la historia que han hecho del mundo un lugar mejor.