Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
En torno a los hombres se levanta el siglo y se honra el conocimiento, entre los hombres de nuestro tiempo, aquellos con los que nos rozamos un poco en la cronología de las muertes y los nacimientos, los hubo que siguieron siendo así, literatos y administradores públicos, constructores de instituciones y conocedores de la literatura francesa, alfabetizadores y diplomáticos, hombres como Jaime Torres Bodet.