Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
En los primeros minutos del lunes 14 de marzo de 1966 estalló un movimiento de huelga, léase suspensión ilegal de labores, en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) por demandas nimias que constituían la careta de una maniobra política mucho más amplia y añeja. Seis semanas después, el movimiento concluyó con una invasión violenta de la Torre de Rectoría que forzó la caída de todas las autoridades de la universidad.