Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Los acontecimientos históricos y las acciones emprendidas por la Corona Española entre 1797 y 1810 generaron en los mercados coloniales una atmósfera de zozobra y rivalidad creciente. La política y las decisiones asumidas por las autoridades reales españolas entre el último cuarto de siglo XVIII y el primer decenio del XIX obligan a tener en cuenta los cambios del sistema comercial verificados en ese periodo. Por ejemplo, el Consulado de México alegaba que hacia 1809 ya había fenecido el despotismo que alentó la arbitrariedad, la injusticia y la ruina, tanto de la Real Hacienda como de comercio hispanoamericano.
Libros relacionados
Felipe Cleere. Oficial Real, Intendente y Arquitecto Entre la Ilustración