Las experiencias de la llamada aventura mexicana en Europa, que comprende la Intervención Francesa y el Segundo Imperio (Maximiliano y Carlota) dejó marcas indelebles en los participantes. Algunos escribieron libros, como la princesa de Salm Salm y varios generales del ejército francés; para los soldados húngaros, el recuerdo de los años pasados en el trópico se plasmaron en el nombre de tres pequeñas poblaciones en su patria de origen. Para Adolphe Van der Smissen, autor de estas memorias, coronel de la Legión Belga enviado por el rey Leopoldo I como Guardia de la Emperatriz Carlota, su hija, el recuerdo quedó marcado por la amargura del fracaso militar y personal. La investigación sobre el embarazo de la emperatriz, el nombre del probable padre de ese niño y su historia personal, aparecen en este libro. Van der Smissen se vio envuelto en un duelo con Félix Eloin, antiguo colaborador cercano del emperador Maximiliano, y conservó durante veinticinco años documentos importantísimos como la carta confidencial del Papa que trajo consigo el nuncio y el extenso memorándum que Carlota llevó ante Napoleón III, como último recurso para solicitar apoyo económico y militar para el fracasado imperio mexicano. Ambos documentos se reproducen íntegramente en este libro
