Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
En un muro de Pompeya encuentran un poema sepultado durante dos mil años. Termina con tres lacónicas palabras: como la lluvia . La pared que resistio la erupcion del Vesuvio se derrumba. En cambio los versos permanecen, profunda fragilidad y suprema resistencia de la poesía.
Así, Como la lluvia, quiso titular José Emilio Pacheco este volumen que reúne cinco libros muy diferentes entre sí y al mismo tiempo complementarios. Por vez primera en su trabajo Los personajes del drama presenta poemas narrativos y fusión de géneros. Los breves textos de Como si nada se concentran para buscar la precisión y la velocidad del epigrama griego y el haikú. El mar no tiene dioses contiene textos organizados en secuencias y ciclos también de índole muy diversa. Celebraciones y homenajes reinventa algunas formas del Siglo de Oro y el modernismo para hablar de pintores y escritores. Por último, en Los días que no se nombran, junto a las nuevas meditaciones sobre la enfermedad, la vejez y la muerte, se dan poemas largos y breves acerca de nuestro mundo y nuestro tiempo en llamas.
El pleno dominio de la versificación permite recorrer un abanico de temas y recursos en que conviven la suprema ficcion de la segura fluidez y i.a aparente naturalidad con la más decantada inusica de la palabra y la factura mas precisa.