Blaise Pascal (1623-1662) hombre de su tiempo, concilió el estilo del pensamiento directo con el arte de una retorica persuasiva, que empleaba a un tiempo la paradoja, el asombro y la sorpresa. Esta caracterÃstica estarÃa presente por igual en los dos objetos de su estudio: las ciencias fÃsicas y la antropológica cristiana.
El conocimiento del porvenir ha sido para el ser humano una necesidad espiritual, cuyo sentido no se ha perdido del todo. Lo que Raymond Bloch nos dice sobre la adivinación en la antigua Grecia, Etruria y Roma viene a esclarecer creencias populares que subsisten en numerosas culturas, pues el hombre de hoy, como el de ayer, sigue buscando vanamente las señales de su destino.