Este es un registro literario terriblemente humano, único, desgarrador. Es un testimonio escrito a dos manos, por un narrador omnisciente y un crítico inteligente, le otorgan a cada palabra el peso semántico y conceptual para valorar una novela sui géneris. El novelista Gregorio Martínez no terminó de escribir la parte final. Sin embargo como en la gran literatura, no hay nada inconcluso
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